Historia del cabello (II)

Hace unos días vimos la primera entrega de la Historia del Cabello, desde la Antigüedad hasta la Edad Media. Hoy, vamos a dar un paseo a través del Renacimiento y el Barroco, grandes etapas de nuestra cultura.

El Renacimiento.

Una época de esplendor y resurgimiento, tras la oscura etapa de la Edad Media. El Renacimiento fue una época de revolución intelectual, cultural, religiosa, filosófica, artística... Esto se trasladó también a las costumbres de belleza de hombres y mujeres, que comenzaron a darle más importancia al cabello y a la imagen personal en general.

Las mujeres renacentistas comenzaron a seguir las modas del momento, dejando mostrar más el cabello y abandonando los velos y pañuelos que habían sido impuestos por la Iglesia Católica durante la Edad Media. Lo que no cambió fue la moda de llevar la frente despejada como en la etapa anterior. 

Isabel I de Inglaterra

Fue la reina Isabel I de Inglaterra la que puso de moda el cabello pelirrojo (que era su tono natural y que fue imitado por muchas mujeres en toda Europa) y peinados muy altos con la frente despejada. Estos peinados altos se adornaban con joyas, cintas o piedras preciosas para que lucieran más. 

María Estuardo de Escocia

La prima de la reina de Inglaterra, María Estuardo (reina de Escocia) prefería un peinado recogido en forma de corazón que también fue muy seguido por las nobles de la época.

Aunque ya se hacía también en la Edad Media, las mujeres del Renacimiento se teñían el pelo utilizando fórmulas basadas en la alquimia. De hecho, gracias a la moda del pelo rojizo, muchas de las europeas comenzaron a colorear sus cabellos con mezclas realizadas con sulfuro negro, henna, miel y alumbre entre otros ingredientes.

Los hombres utilizaban barba corta y largos bigotes, como muestran algunos de los cuadros de la época (imagen izquierda). Aunque fue Luis XIV, el Rey Sol, quien puso de moda el pelo largo con rizos. Por ello, los hombres comenzaron a utilizar pelucas, que en el siguiente siglo eran casi obligatorias para la población masculina.

Detalle de 'Lección de anatomía' de Rembrandt (izq.)
Detalle de 'Luis XIV' de Hyacinthe Rigaud (dcha.)

EL BARROCO.

Época de excesos, lujo, horror vacui, suntuosidad, elegancia, artificiosidad... El barroco es la explosión del arte calmado del Renacimiento. Y esto también se lleva a la moda del cabello y los peinados.

Ya Luis XIV había puesto de moda las pelucas largas y rizadas, en un intento de disimular su calvicie, y como en esa época Francia era la que dictaba la moda en Europa, pronto se extendió por todo el continente. Las pelucas eran necesarias para la vida en la alta sociedad, tanto hombres como mujeres las utilizaban y 'competían' por sus diseños, cada vez más extravagantes y elaborados.

Varios retratos de la época realizados por Nicolas de Largillière
y por Hyacinthe Rigaud, pintores famosos de las cortes europeas

Las pelucas masculinas eran normalmente blancas o grisaceas, pero las femeninas solían ser de colores pastel como el rosa, el lila o el celeste. Entre las mujeres, la moda la dictaba la reina Maria Antonieta, colmo del lujo y la exageración. Según el grado de adorno y 'grandeza' de las pelucas, así era la posición social de la persona que las llevaba. La norma en la corte era la extravagancia y las damas y los nobles no dudaban en gastar fortunas en diseños novedosos para sus pelucas.

Dos retratos de la reina María Antonieta

Triunfaban los rizos y los tirabuzones, que se hacían de manera artificial con palos cilíndricos que luego se calentaban. Esta sería la base de la permanente actual.